La guerra en Ucrania no solo se libra en el campo de batalla.
Occidente ha desplegado una artillería económica para tratar de asfixiar a la economía rusa que está a punto de entrar en cesación de pagos o default, según advirtió la agencia de calificación de riesgos Fitch.
La batería de sanciones incluye medidas comerciales, financieras y energéticas.
Algunas de las sanciones impuestas por Occidente incluyen la prohibición a una buena parte de los bancos de hacer o recibir transferencias internacionales a través del sistema de pagos globales Swift, la limitación de acceso de las entidades bancarias a créditos internacionales y la paralización de los activos del Banco Central de Rusia y de algunos bancos públicos y privados.
A eso se suma el asedio a las fortunas de oligarcas y senadores rusos, la retirada de empresas comerciales occidentales o la suspensión de operaciones en Rusia de Visa, Mastercard y American Express.
Si bien la Casa Blanca y el Reino Unido dieron un paso más adelante al anunciar un bloqueo a las importaciones energéticas rusas (con efecto inmediato en el caso de Washington y de aplicación progresiva en el caso de Londres), una de las sanciones más dolorosas para Moscú, señalan expertos, sería que Europa impusiera un bloqueo al gas natural ruso, algo que, hasta ahor,a continúa siendo poco probable.
De hecho, cerca del 40% del gas natural que importa la Unión Europea y alrededor del 26% de su petróleo provienen de Rusia. Con ese nivel de dependencia, analistas consideran que el bloque está bastante atado de manos.
Gracias a la escalada del precio del crudo en los mercados internacionales, Vladimir Putin continúa recibiendo un flujo permanente de fondos en sus arcas fiscales, pese a las sanciones de EE.UU. y Reino Unido, cuyo alcance ha sido considerado por analistas como limitado.
Moscú, por su parte, juega con su artillería energética: es el segundo mayor exportador de gas natural del mundo y el tercer mayor exportador de petróleo, detrás de Estados Unidos y Arabia Saudita.
Pero además, Rusia y Ucrania, alguna vez llamados “el granero de Europa”, exportan más de una cuarta parte de la producción global de de trigo y una quinta parte de la de maíz, productos básicos cuyo precio se ha ido a las nubes.
En este contexto es que el vínculo (y político) entre Rusia y China adquiere relevancia.
“Sin duda la relación de cooperación entre Rusia y China es energética y militar“, le dice a BBC Mundo Alicia García-Herrero, economista jefe de Asia-Pacífico en el banco de inversión francés Natixis, quien ha vivido y trabajado en Hong Kong desde hace casi dos décadas.
¿Cuánto comercio tiene Rusia con China?
El comercio entre China y Rusia ha crecido aceleradamente.
Alcanzó un nuevo máximo de casi US$147.000 millones el año pasado, casi un 36% más que el año anterior, y representó alrededor del 18% del comercio total de Rusia en 2021.
El siguiente gráfico muestra las exportaciones y las importaciones que ha hecho Rusia desde China.
Durante la visita del presidente Putin a China el mes pasado, los dos países anunciaron que aumentarán su comercio a US$250.000 millones para 2024, además de firmar acuerdos comerciales a largo plazo, especialmente en el sector energético.
Y esta semana, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, insistió en que los lazos entre ambos países siguen siendo “sólidos como una roca”.
“No importa cuán precaria y desafiante sea la situación internacional, China y Rusia mantendrán un enfoque estratégico”, apuntó.
China es actualmente el mercado más grande para las exportaciones rusas, como petróleo, gas, carbón y productos agrícolas.
Y está claro que Rusia ha comenzado a exportar mucho más a China en los últimos años.
Sin embargo, la Unión Europea, como bloque, es de lejos el mayor socio comercial de Rusia. En 2021, el comercio total entre ambos tuvo un valor casi el doble que el comercio de China con Rusia.
Pero con la guerra, la relación entre el gigante asiático y Europa podría dar un giro.
“Es inevitable que el comercio entre la Unión Europea y China disminuya a la luz de las sanciones”, le dijo a la BBC la economista especializada en comercio internacional y directora ejecutiva de la consultora Coriolis Technologies, Rebecca Harding.
“La crisis actual acaba de agudizar el enfoque dentro de la Unión Europea sobre la necesidad de diversificar el suministro”.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-60610861